viernes, 27 de marzo de 2015

En Oaxaca presentan biografía del poeta Antonio Castillo Merino, originario de Ixcaquixtla


Gerardo Felipe Castellanos Bolaños*

  • Historia de un poeta


Oaxaca de Juárez, Oaxaca. 27 de marzo. Para los integrantes del Seminario de Cultura Mexicana, corresponsalía Oaxaca Alberto Bustamante Vasconcelos, la presentación de un nuevo libro por uno de nuestros asociados, es una nueva oportunidad de aprender leyendo y escuchando nuevos temas, pero también es una oportunidad para todos lo que quieran asistir a nuestras sesiones y para los que quieran formar parte del Seminario, todos son bienvenidos. 

El libro que me ocupa el día de hoy es un libro de cuarenta hojas, diseñado profesionalmente, tanto la portada como el formato. La esencia, son los poemas, y la biografía de un ganador (dos veces) de la Flor Natural de los Juegos Florales. 


Fernando Castillo Menéndez es un oaxaqueño que trabaja; que vive sembrando como lo hizo su bisabuelo, su abuelo y su padre, es decir un oaxaqueño, un nito productivo. 

Preparatoriano, egresado del Instituto de Ciencias y Artes del Estado e Ingeniero de profesión, nos dice en su libro:“Desde muy joven me llamó poderosamente la atención un personaje, el que sin haber conocido, siempre estaba en mi memoria, tal vez porque era tema frecuente en los recuerdos de mi abuela paterna que reverenciaba a su hermano Antonio. 

En él coincidían varias virtudes, excelente como hermano, estudioso, sin dejar de ser inquieto como todo niño, aprendía a tallar figuritas en espinas de pochote, a jugar con el balero y el trompo, y se daba tiempo de compartir los juegos y travesuras infantiles con su menor hermano Jesús, así como también con los demás niños del barrio de la iglesia de la Sangre de Cristo. 

Seguramente la situación que me impactó de manera más poderosa fue conocer la tragedia de su muerte a tan temprana edad. Este libro recupera su memoria y páginas selectas de su poesía y periodismo.” 

En la sala Arcelia Yañíz, llena, de la Casa de la Cultura Oaxaqueña, Fernando Castillo Menéndez, presentó, el jueves pasado, 26 de marzo, a las ocho de la noche, en punto, el libro de su autoría: Historia de un poeta 1896 – 1927. 


Estuvo acompañado, en el presídium, por el escritor y periodista Abel Santiago y por el Lic. Guillermo García Manzano, Director de la Casa de la Cultura Oaxaqueña y por supuesto, por la mayoría de los integrantes del Seminario que preside el Mtro. en Arq. Prometeo Sánchez Islas y demás miembros de la Directiva y ex alumnos de nuestro glorioso Instituto de Ciencias y Artes del Estado. 

El poeta, Antonio Castillo Merino; cuya biografía es narrada en el libro; fue hijo de Vicente Castillo Camarillo y de Delfina Merino; cuarto de seis hermanos. Nació en la mixteca poblana, el 13 de junio de 1896 en San Juan Ixcaquixtla, Puebla. En 1898 la familia Castillo Merino decide venir a radicar a Oaxaca de Juárez. 

Cuando Antonio tenía cinco años, el 7 de junio de 1901, fallece su madre. Junto con su hermano Jesús, de dos años, quedan a cargo de su hermana Guadalupe, de quince, en la casa de su tío Jesús Acevedo. 

Estudia la primaria en el Colegio Católico del Espíritu Santo, que es, según palabras del autor, la “institución particular, seguramente la más importante de este género que haya habido en la ciudad de Oaxaca…”. Estuvo en el edificio que está en la esquina de Morelos y García Vigíl; la preparatoria y la carrera de Derecho las estudia en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado a partir de 1908. 

Alos veintiún años, Antonio, descubre su vocaciónpor la poesía, vocación que le acompañará hasta su muerte. 

El autor narra que leyó, en un manuscrito escrito por su abuelo, lo que fueron los días más tristes de su vida. 

Guillermo García Manzano refiriéndose a esta parte del libro comentó y cito: “Y es cierto; pocas personas tienen la fortuna de que, escritos de antaño, de nuestros ancestros lleguen a nosotros para describirnos su paso por la vida y esto fue soberbio. 

Un hombre que no sólo, tal vez escribió en la galanura del verso con la métrica, con la rima; desde luego con la imagen poética siguiendo la Preceptiva literaria que en aquel entonces era muy escrupulosa para la pluma del poeta. 

Preceptiva que muchas veces se olvida por otras búsquedas y menesteres también de este arte literario; pero lo que si es cierto es que, cuando Antonio Castillo Merino se inicia en la poesía lo hace con la formalidad y la seriedad que se exigía en aquel entonces a los poetas que pasaban de un sistema de modernismo y romanticismo, a simple y sencillamente declarar congalanura, declarar con soltura, declarar con sencillez y veracidad, pero siempre envuelto todo en ese halo de belleza. 

La belleza pues, de la poesía, es que cuando le despierta al interesado sensaciones estéticas está cumpliendo con su cometido” Hasta aquí la cita. 

Sólo una muestra de la poesía de Castillo Merino: 

Blasón /Armado con la espada y la rodela/ y con el recio casco abroqueñado,/ a tus plantas rendido calla y vela/ un verso que el numen ha forjado, // Se esconde a veces en la blanca tela/de tu ropaje, blando y perfumado, Mi Reina, se revela/en un largo suspiro enamorado.// Hoy se quiso quedar en la ternura/ de un pliego de papel, por ver si alcanza/ que tus ojos le miren con ternura, y cambién su mortal desesperanza/ en un salmo de mística dulzura/como flor de ilusión y bienandanza. 

El autor, Fernando Castillo Menéndez,se despidió diciendo: Esta noche es para mi muy significativa porque es un homenaje a un familiar muy querido. Aún cuando no lo conocí, como narro en el libro. Expresando su agradecimiento a los presentadores Abel Santiago y Guillermo García y al público.

*Miembro del Seminario de Cultura Mexicana Desde Santa María Oaxaca 



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