miércoles, 24 de septiembre de 2014

50 años de la caída del gobernador Nava Castillo

General Antonio Nava Castillo
Columna publicada en e-consulta
Raúl Torres Salmerón

Este año, el 30 de octubre, se cumplen los 50 años de la caída del gobernador poblano, el general Antonio Nava Castillo.

Con cierta timidez se iniciaron el pasado 13 de septiembre los actos de la BUAP para conmemorar esa lucha en la cual los universitarios encabezaron el movimiento de 1964 contra el gobierno del general de división del arma de caballería, Nava Castillo. En la Casa de la Memoria Universitaria, ubicada en la avenida Reforma, se instaló una exposición fotográfica con imágenes de la época.


El 25 de agosto de 1964 el Congreso del estado aprobó la Ley sobre Producción, Introducción, Transporte, Pasteurización y Comercio de la Leche que obligó a los pequeños estableros y productores de leche, por medio del decreto de sanidad pública, a entregar el producto lácteo a una empresa pasteurizadora.

Se decía que los empresarios del grupo Puebla, Eduardo Cué Merlo y Rodolfo Budib y el gobernador eran accionistas de la empresa.

Los acontecimientos de hace medio siglo surgieron el 13 de septiembre con la manifestación de los productores de leche, que sufrieron una agresión policiaca para obligarlos a vender su producto a una pasteurizadora privada.

Después siguieron enfrentamientos con grupos estudiantiles y al final con la unificación de diversos sectores que obligaron al gobernador de entonces a presentar una solicitud de licencia. El 30 de octubre de 1964, el ingeniero Aarón Merino Fernández sustituyó al general Nava, como gobernador interino.

Los elementos que propiciaron la renuncia del militar fueron la represión, el autoritarismo, el hecho de rodearse de militares ajenos a Puebla y el curioso caso de la leche bronca y que por decreto debía venderse pasteurizada.

Con información del archivo Sicla de Luis Ortega Morales y de análisis hechos por los columnistas don Gabriel Sánchez Andraca y don Mauro González Rivera y los escritores Humberto Sotelo y Rodrigo Rosales Escalona así como el libro La Lucha Universitaria en Puebla (1923-1965) del entonces rector Manuel Lara y Parra, la caída del militar como gobernador fue del modo siguiente:

A la llegada del general Nava Castillo, el ambiente poblano se tornó difícil. Era poco conocido.

DESCONTENTO CONTRA EL GOBERNADOR

Había un descontento generalizado contra el gobierno del general Antonio Nava Castillo, por los abusos cometidos por muchos de sus funcionarios, en su mayor parte militares fuereños y desconocedores de la realidad local.

Los locatarios de los mercados y los vendedores ambulantes traían pleito con el contralor general, el coronel Luis Sánchez Domínguez, autoritario y déspota como la mayor parte de los funcionarios fuereños que llegaron con el general.

Los comerciantes establecidos del centro también estaban a disgusto, los taxistas igual, pues eran mal tratados por el personal de tránsito a cargo de un mayor de la Fuerza Aérea Mexicana, Pedro Saldívar.

En los municipios el disgusto era contra el coronel médico veterinario Ciriaco Tista Montiel, quien era el Director de Gobernación y tenía respeto por los presidentes municipales a quienes daba órdenes terminantes y regañaba en público cuando no las acataban.

El ambiente adverso contra el gobierno estatal fue creciendo hasta que llegó el asunto de los lecheros, que fue la gota que derramó el vaso. Los lecheros fueron al edificio carolino de la UAP a pedir el apoyo de los estudiantes. La leche bronca, de consumo tradicional en Puebla durante muchos años, fue recogida en las entradas a la ciudad y los policías vaciaron los botes llenos del lácteo en atarjeas.

Era el tiempo de las luchas entre carolinos y Fúas, es decir la derecha y la izquierda.

Se acordó realizar una manifestación ese mismo día, el 14 de octubre de 1964. Los lecheros, apoyados por la Central Campesina Independiente, fueron reprimidos y se detuvo a estudiantes y dirigentes de la Central Campesina Independiente, Ramón Danzós Palomino y Bruno Martínez. Hubo muchos lesionados y detenidos.


En respuesta a la agresión y con motivo de la detención de varios estudiantes, un grupo de universitarios organizó un mitin frente a la delegación de policía, en donde también fueron reprimidos; los estudiantes se desplegaron seguidos por las fuerzas policiacas hasta el Edificio Carolino.

Los policías del general Lepe, Inspector General de Policía, llegaron precedidos de los bomberos que empezaron a lanzar chorros de agua contra los estudiantes. Los universitarios detuvieron un carro bomba y una cisterna, los destruyeron y después les prendieron fuego en la plazoleta que está frente al templo de La Compañía.

Se produjo un nuevo enfrentamiento en la avenida Reforma, entre las calles 4 y 2 Norte, resultando heridos más estudiantes, una pipa de Bomberos volteada y dos motocicletas del Departamento de Tránsito quemadas.

Antes, se lanzaron varios motociclistas de tránsito para romper la columna y lo lograron rápidamente. El enfrentamiento entre estudiantes y policía provocó la detención de 124 estudiantes y 44 heridos.

Muchos estudiantes fueron metidos a los edificios de junto protegidos por secretarias, empleados de oficinas y por los propios abogados, médicos, dentistas y comerciantes que ahí trabajaban.

Un grupo de universitarios logró tirar a un motociclista de apellido Pardo y después de capturarlo lo metieron al Carolino, recluyéndolo en un cuarto a la entrada del primer patio.

Después de que terminó la refriega y empezó a reinar la calma, el funcionario más odiado por los comerciantes ambulantes y establecidos, el contralor general del estado, coronel y médico Luis Sánchez Domínguez, se metió al Carolino para observar lo que ahí pasaba, pensando que nadie lo reconocería. Grave error, pues cuando había traspasado el portón de la entrada, alguien se dio cuenta y avisó a sus compañeros y al pie de la escalera que conduce a la planta alta, fue tomado “prisionero” y metido al cuarto donde ya había dos de los agentes de tránsito.

El gobierno inició intensas negociaciones para la entrega de los detenidos, aunque lo que realmente interesaba era el contralor.

A las 12 de la noche fueron sacados los prisioneros en medio de un griterío. El doctor Julio Glockner, uno de los maestros universitarios más respetados por haber encabezado el movimiento de Reforma Universitaria dos años antes, logró sacar a los prisioneros convenciendo a los cientos de estudiantes y gente del pueblo que hacía valla, de que no los agredieran. Después se hizo el intercambio de “prisioneros”.

Los días posteriores fueron muy tensos. Policías acuartelados al igual que los estudiantes. El día 30 cayó el gobernador. Su solicitud de licencia fue leída en sesión extraordinaria del Congreso efectuada al anochecer del día 30.

Había una gran concentración de personas de todas las clases sociales en el zócalo y calles adyacentes. Toda la 5 Poniente, desde el frente del palacio legislativo, estaba atestada. En el salón de sesiones se encontraban todos los diputados y cientos de personas que lo llenaban todo.

A las 20:30 horas entró la comisión integrada para acompañar al nuevo gobernador Aarón Merino Fernández quien había sido designado por el Congreso para sustituir a Nava Castillo. Coincidentemente habían nacido en el mismo pueblo, en Ixcaquixtla.

Después de rendir la protesta, Merino Fernández se dirigió a pie al Palacio de Gobierno. El recorrido fue lento pues la multitud no permitía avanzar rápido. Ya en el palacio, Merino Fernández subió a una ventana que da a la 2 Norte y desde ahí dirigió un mensaje a la población.

Con ese cambio, Puebla inició una etapa de inestabilidad política donde tuvo en dos sexenios 6 gobernadores, incluyendo al abuelo del actual gobernador, quien también pidió licencia.

HISTORIA RECIENTE DE PUEBLA

Todos debemos aprender de la historia. En caso contrario estaremos condenados a repetirla.

Hoy día en Puebla hay manifestaciones contra el gobernador, existen funcionarios fuereños que desconocen la realidad del estado, hay elevados aumentos en el consumo del agua, un menor de edad murió a consecuencia de un enfrentamiento con la policía en Chalchihuapan y un largo etcétera de abusos y autoritarismo.

Hay descontento general. Son elementos de la misma crisis, ¿la historia se repetirá?

En fin, como escribió el 14 de octubre de 1964 el entonces estudiante de Medicina Marco Tulio Orduña, los versos titulados: A los Estudiantes Universitarios:

Si ya en la Puebla un duelo más se escribe

con la sangre que es tinta de la historia,

y vive el pueblo y paladea la gloria

que la lucha titánica recibe.

Si ya en nuestra alma un pedestal se erige

al valor de esas águilas joviales

que cayeron al pie de sus ideales

porque la patria con afán lo exige.

Silbaban en rededor las balas, sin cuenta,

motociclistas embestían con furia,

quería acallar la gobiernista jauría

el grito de esta Puebla descontenta.

raultorress@hotmail.com
 
 

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